miércoles, 20 de enero de 2010

EL DULCE SABOR DE UNA MUJER EXQUISITA por Gabriel García Márquez

Si aún no ha pasado el bisturí por tu piel, si no tienes implantes de silicona en alguna parte de tu cuerpo, si nunca has sufrido de anorexia, si tu estatura no afecta tu desarrollo personal, si cuando vas a la playa prefieres divertirte en el mar y no estar sobre una toalla durante horas, si crees que la fidelidad sí es posible y la practicas, si sabes cómo se prepara un arroz, si puedes preparar un almuerzo completo, si tu prioridad no es estar divina a como de lugar, si no te levantas a las 4:00 a.m. para llegar primera al gimnasio, si puedes salir con ropa de gimnasia tranquila a la calle un domingo sin una gota de maquillaje en el rostro...


ESTÁS EN VÍA DE EXTINCIÓN....

Una mujer exquisita no es aquella que más hombres tiene a sus pies, si no aquella que tiene uno solo que la hace realmente feliz..

Una mujer hermosa no es la más joven, ni la más flaca, ni la que tiene el cutis más terso o el cabello más llamativo, es aquella que con tan sólo una franca y abierta sonrisa y un buen consejo puede alegrarte la vida.

Una mujer valiosa no es aquella que tiene más títulos, ni más cargos académicos, es aquella que sacrifica su sueño temporalmente por hacer felices a los demás.


Una mujer exquisita no es la más ardiente (aunque si me preguntan a mí, todas las mujeres son muy ardientes...

Los que estamos fuera de foco somos los hombres, sino la que vibra al hacer el amor solamente con el hombre que ama.

Una mujer interesante no es aquella que se siente halagada al ser admirada por su belleza y elegancia, es aquella mujer firme de carácter que puede decir NO.

Y un HOMBRE... UN HOMBRE EXQUISITO es aquel que valora a una mujer así...

Que se siente orgulloso de tenerla como compañera....

Que sabe tocarla como un músico virtuosísimo toca su amado instrumento...

Que lucha a su lado compartiendo todos sus roles, desde lavar platos y a tender tripones, hasta devolverle los masajes y cuidados que ella le prodigó antes....

La verdad, compañeros hombres, es que las mujeres en eso de ser 'Muy machas' nos llevan gran recorrido...


¡Qué tontos hemos sido -y somos- cuando valoramos el regalo solamente por la vistosidad de su empaque...!



Gabriel García Márquez
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domingo, 10 de enero de 2010

PROMOVER LA INTEGRACIÓN

"En realidad es muy difícil saber dónde está nuestro continente afectivo, porque hay una gran crisis de comunicación. Podríamos decir que hay una angustia de comunicación y al mismo tiempo un profundo deseo de entrar en intimidad.

El hombre está con mucho miedo de la mujer emancipada. La mujer está con profunda crítica y descontento con respecto de los hombres".
Rolando Toro, Bologna 1.996
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jueves, 7 de enero de 2010

JOHN LENNON "NOS HICIERON CREER...."

Nos hicieron creer que el “gran amor”, solo sucede una vez, generalmente antes de los 30 años.

No nos contaron que el amor no es accionado, ni llega en un momento determinado.

Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja, y que la vida solo tiene sentido cuando encontramos a la otra mitad. No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en nuestra vida merece cargar en las espaldas la responsabilidad de completar lo que nos falta: Las personas crecen a través de la gente. Si estamos en buena compañía es solo más agradable.

Nos hicieron creer en una fórmula llamada "dos en uno": dos personas pensando igual, actuando igual, que era eso lo que funcionaba.

No nos contaron que eso tiene nombre: anulación. Que solo siendo individuos con personalidad propia es que podremos tener una relación saludable.

Nos hicieron creer que el casamiento es obligatorio y que los deseos fuera de término deben ser reprimidos.

Nos hicieron creer que los guapos y delgados son más amados. Nos hicieron creer que solo hay una fórmula para ser feliz, la misma para todos, y los que escapan de ella están condenados a la marginalidad.

No nos contaron que estas fórmulas son equivocadas, frustran a las personas, son alienantes, y que podemos intentar otras alternativas. Ah, tampoco nos dijeron que nadie nos iba a decir todo esto. Cada uno va a tener que descubrir solito. Y ahí, cuando estés muy “enamorado de ti, vas a poder ser muy feliz y te vas a enamorar de alguien”

John Lennon
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sábado, 12 de diciembre de 2009

CUANDO EL AMOR PROVOCA SUFRIMIENTO....... Texto de Luisa Blanca

Las mujeres, en su mayoría, tienen el deseo de llegar a sentir que saben AMAR DE VERDAD y de que recíprocamente son así correspondidas, llegan a percibirlo de tal manera como si se tratase de una necesidad en su grado más profundo. Esta es en esencia la meta que deseamos alcanzar durante el desarrollo de nuestra vida emocional, aunque la paradoja es.... que no sabemos cómo llegar a producirlo, y en la mayor parte de las ocasiones, el término "de verdad" resulta que no es tan verdadero.

En algunos momentos, seguramente, nos hemos preguntado de qué forma se consigue y cuál debe de ser la táctica a la hora de ponerlo en práctica.

Pero después del cuestionamiento de estas dudas, pueden más las ganas de entregarnos (en todos los sentidos) frenéticamente a un hombre, y rápidamente esta bienintencionada filosofía pasa a otros planos menos prioritarios, quedando estancada en lo más subterráneo de nuestra psique, de nuestro Ser, y que estamos dispuestas a ahogar.. pues en ciertos momentos nos sabotea impidiendo que realicemos la tarea que queremos cumplir con cierta premura en el ahora. Y esa tarea tan importante, la que se convertirá en el eje de nuestras vidas, la quintaesencia que sucumbe ante nuestras derrotas, es nuestras ganas de vencer, de vencer al inmenso Poder del Amor; o a eso que creemos que lo es, cuando en realidad no llega ni a ser un sucedáneo de ello, es una forma de autotraicionarnos,de humillarnos, de forzarnos, de esforzarnos, de no-sentirnos,.... porque de lo que se trata es de estar más pendiente de realizar un trabajo con y sobre el otro, más que sobre nosotras mismas ya que es una necesidad de salir de nuestro yo, de buscar afuera lo que no hallamos en nuestro Ser íntimo, pues es más fácil sobrevivir así que el responsabilizarnos de llevar las riendas de nuestras propias vidas.

Todo ello resulta un sinsentido ya que no aceptamos el desafío en nosotras, nuestro Ego nos pone esa barrera, pero sí que lo depositamos en el hombre al que estamos "amando demasiado".

Pionera en esta temática es la psicoterapeuta familiar Robin Norwood, que como ella ya expone en su magnífico libro "Las mujeres que aman demasiado", estas mujeres-adultas-niñas tienen como eje central en su vida hacer de la salvación y recuperación psicoemocional de su hombre, el gran reto a conseguir. Lo que constituye una adicción tan fuerte como por ejemplo a las drogas o al alcohol, ya que precisamente en los círculos anónimos de hombres en proceso de recuperación de sus tendencias adictivas, la mencionada autora pudo observar un patrón de comportamiento similar entre todas las mujeres que eran parejas de ellos, lo cual significaba que pudo ver que sus tendencias eran el presentarse ante la sociedad como las sufridas mujeres que permanecían fieles a los avatares que les presentaba la vida, que eran ni más ni menos que permanecer junto a estos en su infierno particular y hacer todo un sobreesfuerzo en devolverlos a la normalidad... y que tal vez, si se diera el caso, conseguir ganarse el Paraíso para ambos.

Si bien este es el mensaje que estas mujeres quieren dar a entender a la sociedad, su papel en la realidad dista bastante de ello, pues, si hipotéticamente, "su hombre" alcanzase el estado de vivir de una forma verdaderamente placentera, ella sentiría que su labor finalizó ya que no le quedaría a quién rescatar, se vería sin la finalidad del rol que acostumbra representar en esta relación, estaría desorientada al no hacerse cargo del otro; y esto le supondría un golpe muy duro, le haría enfrentarse a sus propios miedos, falta de autoestima alta, inseguridades y se asomaría a sus profundos y vertiginosos vacíos. Por lo que abandonaría a tal héroe, superviviente de su propio infierno y se lanzaría a la búsqueda rápida de la nueva horma de su zapato, la cual le facilitará de nuevo su inconscientemente necesario, entretenido y destructivo juego, en el que en tantas ocasiones, para su desgracia, puede terminar no siempre sólo con una separación dolorosa de la pareja, si no también, en el peor de los casos, puede acabar con su integridad (física y/o moral) menoscabada, con su dignidad, amor propio, e incluso, con su propia vida. ..... ¿He dicho "inconscientemente"?, bueno en algunas ocasiones, y sobre todo después de la visita a un terapeuta especializado, se puede llegar a ser consciente, pero de difícil desenganche.

Y teniendo todo tipo de información con la que se cuenta hoy en dia, lo que parece realmente extraño a la vista de los demás, es el por qué se cae en ese círculo de desprotección propia; y generalmente la respuesta es: pues porque ahí hay un problema de adicción, y a este síndrome se le denomina "AMAR DEMASIADO".

De esta forma, AMAR se convierte en un sufrimiento al querer buscar una pareja de baile que se complemente con nuestra manera de dar los pasos, es decir, tanto la mujer como el hombre adquieren una forma de danzar determinada que cuando se cruzan en la pista, sus pasos disfuncionales se convierten en una danza cómoda para ambos.

Siempre hay un modelo adquirido durante la infancia que nos hace repetir los mismos patrones en la adultez, aunque esto implique desgracia, sufrimiento, agotamiento,.. algunas veces vivido en solitario, pero siempre llamándolo AMOR.


De todo esto se deduce que no existen las casualidades en las relaciones, normalmente solemos contentarnos convenciéndonos a nosotras mismas, y a los demás, que nos juntamos con él porque "así debía de ser", esgrimimos argumentos de diversa índole para tratar de justificar de que nos relacionamos con cierto tipo hombre, ya que de haber estado en un acertado momento de raciocinio no se habría elegido a tal señor como pareja de una forma deliberada, o de que si hubiera puesto los medios necesarios no hubiese quedado embarazada de él, o de que es nuestro destino, o de que de todo se aprende y era necesario para nuestra vida esta situación, etc,etc... De esta misma manera en la que ella trata de justificarse diciendo que tal vez era demasiado jóven, inmadura, inexperta, de no saber lo que se hacía, a pesar de tal vez, estar bien entrada en años, etc.etc....

Resulta todo ello muy cómodo, pero realmente está negando su propia responsabilidad en sus acciones, es como negar que nosotras mismas, solo nosotras, tenemos el poder de tomar las riendas de nuestra vida.

Creo que es importante el fomentar la espiritualidad, de esta forma crecemos y nos enriquecemos el alma, así como el creer en la benevolencia y aprendizaje del fluir de la vida y del destino, pero ello no tendría que servir como base de una estrategia con listado de excusas inclusive para no responsabilizarnos, hay muchas decisiones que son nuestras, afortunadamente, y a esto se le llama "libre albedrío".

A partir de ahí, de tomar conciencia de los grados de responsabilidad, tanto por actuar activa y/o pasivamente,.. puede producirse la catársis que dé paso al comienzo de la verdadera transformación, liberación y autonomía.



Esta constante premisa en nuestra sociedad actual que resuelve el otorgarle a la mujer una imágen pública de más poder, como referente de sus aspiraciones, hace que se aparte de su cuidado emocional y que priorice sus potencialidades basándose mayoritariamente en su raciocínio y autodominio en las cuestiones profesionales; dicho de paso, supone esencialmente una gran mejora para promocionar el acceso de la mujer hacia más puestos de trabajo, así como también de mayor responsabilidad y repercusión. Pero todo ello es adecuado desde un punto de vista de demandas revolucionarias en cuanto a cuestiones prácticas, de igualdad de oportunidades, y de negociación laboral.

Lo que hace falta es equilibrar este aspecto tradicionalmente representado por el hombre con la potenciación emocional sana; hace falta ponderar a la mujer preparada para asumir grandes retos y desafíos en su aspecto relacional en una sociedad clásicamente patriarcal, mujer que no debería olvidárse de su condición femenina,... Esto es una asignatura que aún está pendiente de ser aprobada, en cuanto al menos, con un suficiente como nota.

Por ello es que las mujeres transportadas por esa corriente de modernidad, equiparándose a los roles, acciones y lenguaje masculinos, no están potenciando su feminidad, ni otorgándose valor en su esfera más privada, más emocional, en su fuero más íntimo, primigénio, en su carácter, en su visión intuitiva, en su conexión con el aspecto sanador de sí misma, en su persona, ... y por extensión hacia los demás. Ellas ven mermadas todas aquellas fuerzas instintivas que por su condición natural de mujer le pertenecen.


¡¡¡¡ Seamos el cambio que queremos ver en el mundo, comenzando por nosotras mismas !!!!





Texto original escrito por: Luisa Blanca

Valencia, Diciembre 2.009.
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martes, 29 de septiembre de 2009

“HOY DÍA FALTA TENSIÓN SEXUAL EN LAS PAREJAS”.

ENTREVISTA AL EXPERTO EN RELACIONES MARK JOSEPHS-SERRA SOBRE EL AUTÉNTICO SIGNIFICADO DE LO MASCULINO Y LO FEMENINO EN NUESTRA CULTURA...

“Los hombres macho son dinosaurios y los blandos representan
el progreso, pero han perdido algo. Lo mismo sucede con la mujer,
que en su paso de débil a fuerte ha sacrificado la feminidad”

“La mujer de hoy desarrolla su poder a través de lo masculino;
es decir, sois más mentales y más duras. El verdadero poder
femenino es la conexión con lo interno, precisamente con la
feminidad, la capacidad intuitiva, creativa y visionaria.
La receptividad, principio femenino, no es pasividad”

“Lo femenino y lo masculino son dos potencias del universo
que, cuando se unen, transforman. Cuando la mujer
recupera su feminidad real y él su masculinidad,
recuperan la tensión creativa”
Mark Josephs-Serra
cofundador de Culture of Honouring Project

Los hombres y mujeres contemporáneos estamos desubicados y desorientados respecto a nuestra verdadera energía y eso hace que no se produzca alquimia en las parejas y que existan tantas tensiones, rupturas e infelicidad.

Masculino y femenino son dos visiones que en muchos puntos parecen irreconciliables y que tienen peso, no sólo en las relaciones, sino en la propia estructura social. Y sobre este importante tema y los grandes retos que afronta el ser humano al respecto profundiza Mark Josephs-Serra.

Mark Josephs-Serra fue monje hindú, brahmán, durante más de 10 años y actualmente es experto en la exploración de la masculinidad y la feminidad. Es autor del libro ‘Sex, Spirit and Community’ y en 2005 junto a su esposa Elisabeth, que fue monja budista y es experta en empoderamiento de la mujer, fundaron The Culture of Honouring Project.

“El Proyecto de Una Cultura que Honra” es un movimiento social que pretende recuperar el auténtico significado de lo masculino y lo femenino en nuestra cultura más allá de los estereotipos imperantes.

El matrimonio Josephs-Serra imparten cursos sobre el tercer hombre y la tercera mujer por todo el mundo y el 25 de octubre del 2009 participarán en el acto “La nueva cultura de las relaciones” de Barcelona Inspira Conciencia.

En esta entrevista publicada en La Contra de La Vanguardia el 22-9-2009 al Sr Josephs-Serra nos habla de nuestros roles pasados, presentes y futuros y en el vídeo de abajo, y junto su mujer, explica lo que ocurre en las parejas de hoy.

La ecología es importante, el crecimiento personal más, pero también necesitamos que las relaciones de pareja sean sanas para crear una sociedad más consciente.

Estos son sus interesantes y sanadores planteamientos:

Tengo 54 años. Nací en Londres. Casado, dos hijos. Fui monje. Estoy licenciado en Religiones Comparadas. Sufrimos una crisis social y política cuya raíz es la dominación de los valores masculinos sobre los femeninos. La misma fuerza que la mueve a usted lo mueve todo.

¿Por qué se hizo sacerdote hinduista?
Estaba aterrorizado por la superficialidad de la cultura moderna.

¿Qué aprendió?
Que yo soy la fuerza vital que lo mueve todo, pero al cabo de diez años quise dejar de ser un espíritu sin cuerpo. Somos seres espirituales, físicos, emocionales y mentales.

Y se casó con Elisabeth…
Y decidimos explorar las relaciones íntimas como camino de autoconocimiento. Trabajé con grupos de hombres que se habían dado cuenta de que la masculinidad heredada de sus padres y abuelos ya no era válida; pero percibí que los que se esforzaban por añadir a su vida valores femeninos (empatía con las mujeres, cuidado de los niños…) tampoco funcionaban en sus relaciones de pareja.

No diga eso, que va a desanimarlos…
Tradicionalmente, el principio básico en el que se han basado las relaciones de pareja ha sido el sentido del deber, no esperaban disfrutar. Del deber pasamos al placer: las parejas quieren ser felices y pasarlo bien.

Normal, ¿no?
Sí, pero en la mayoría de los hogares el hombre se siente infinitamente criticado, no respetado y sexualmente frustrado; y la mujer, malhumorada, impaciente, intolerante, invisible y no amada.

Menudo panorama…
Hoy las mujeres rechazan ser dominadas por hombres emocionalmente ausentes, inmaduros y arrogantes, a los que hay que cuidar como niños a la vez que admirar.

Una pirueta imposible, sí.
Y los hombres, despojados de su superioridad, dejando de ser cabeza de familia, retroceden para dar espacio a esta nueva mujer. Corren tras ella sirviéndole tazas de té, tratando de complacerla, pero esta clase de masculinidad débil la irrita aún más.

Mamá enfadada-niño bueno…
Sí, mujer dura-hombre débil. Y las mamás no quieren sexo con sus niños. No hay tensión sexual, lo cual es un problema.

Sin duda…
Se trata de un modelo cultural que nos afecta a todos, es la disputa de la época: ella, que tiene una memoria emocional que impresiona al hombre, comienza a enumerar ejemplos de su inmadurez e incompetencia. Él contraataca, huye o se mofa.

¿Existía tensión sexual con el modelo hombre dominante-mujer sumisa?
Sí, pero era destructivo. Hoy, al haber perdido la esencia de lo femenino y de lo masculino, las parejas son amigos.

¿Y eso no está bien?
Falta la alquimia. Lo femenino y lo masculino son dos potencias del universo que, cuando se unen, transforman. Cuando la mujer recupera su feminidad real y él su masculinidad, recuperan la tensión creativa.

Reivindicamos, pero femeninamente…
La primera mujer, la tradicional, es femenina pero sin poder, no puede decir lo que siente y lo que piensa porque las emociones y los sentimientos no son punto de partida de nada. Hoy hemos empezado a hablar de emociones y a valorar la habilidad de la intuición y la sensualidad; pero es la tercera mujer la que realmente desarrolla esos valores, ese poder.

Bien…
La mujer de hoy desarrolla su poder a través de lo masculino; es decir, sois más mentales y más duras. El verdadero poder femenino es la conexión con lo interno, precisamente con la feminidad, la capacidad intuitiva, creativa y visionaria. La receptividad, principio femenino, no es pasividad.

Pues dígame qué es
Responder a estímulos constantes. La mujer evolucionada es feroz, no es domable, derrumba todo lo que no es real. Su enfoque es la conexión emocional y sensorial.

¿Cómo acceder a esa confianza?
La primera mujer es más tierna que la segunda, que ha reprimido ese aspecto. La tercera debe reconectarse de la cintura para abajo, con el poder del útero, que sólo se ha utilizado para tener hijos u ofrecer sexo.

¿Dónde está el hombre que se corresponde con esa mujer?
El tercer hombre ha recuperado su poder fálico, que es dirección, visión y acción; es el amor en acción. Cuando un hombre empieza a recuperar esa agresividad positiva, asertividad, pasa de estar en la cabeza o en los genitales a estar en el corazón.

… Primero hay que abrirlo
Exacto. Como lo femenino ha estado siempre reprimido, y más en el hombre, tiene que empezar a relacionarse con su vida emocional y dejar de defenderse constantemente de la mujer.

Debe abrirse al corazón de la mujer sin ser verdugo ni víctima. Lo femenino ya no es una amenaza, sino un complemento. Tanto el primer hombre como el segundo tienen complejo de inferioridad frente a la mujer porque temen su poder. El tercer hombre, cuyas raíces están dentro de su propio poder, puede ver a la mujer como un igual.


¿Qué han de trabajar ellos?
El conocimiento propio, y descubrir cuál es su regalo supremo a una mujer.

¿Cuál es?
La presencia. El femenino y el masculino es el mismo poder, pero se expresan de forma distinta. Ella perdió su poder y lo está recuperando, y debe ponerlo al servicio del corazón. Él debe cargar ese poder (dirección y acción) de sentido, de corazón.
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jueves, 24 de septiembre de 2009

ELOGIO A LA MUJER BRAVA

Estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas.
Por: Héctor Abad, escritor y columnista.


A los hombres machistas, que somos como el 96 por ciento de la población masculina, nos molestan las mujeres de carácter áspero, duro, decidido. Tenemos palabras denigrantes para designarlas: arpías, brujas, viragos, marimachos. En realidad, les tenemos miedo y no vemos la hora de hacerles pagar muy caro su desafío al poder masculino que hasta hace poco habíamos detentado sin cuestionamientos. A esos machistas incorregibles que somos, machistas ancestrales por cultura y por herencia, nos molestan instintivamente esas fieras que en vez de someterse a nuestra voluntad, atacan y se defienden.
La hembra con la que soñamos, un sueño moldeado por siglos de prepotencia y por genes de bestias (todavía infrahumanos), consiste en una pareja joven y mansa, dulce y sumisa, siempre con una sonrisa de condescendencia en la boca. Una mujer bonita y buena que no discuta, que sea simpática y diga frases amables, que jamás reclame, que abra la boca solamente para ser correcta, elogiar nuestros actos y celebrarnos bobadas. Que use las manos para la caricia, para tener la casa impecable, hacer buenos platos, servir bien los tragos y acomodar las flores en floreros. Este ideal, que las revistas de moda nos confirman, puede identificarse con una especie de modelito de las que salen por televisión, al final de los noticieros, siempre a un milímetro de quedar en bola, con curvas increíbles (te mandan besos y abrazos, aunque no te conozcan), siempre a tu entera disposición, en apariencia como si nos dijeran "no más usted me avisa y yo le abro las piernas", siempre como dispuestas a un vertiginoso desahogo de líquidos seminales, entre gritos ridículos del hombre (no de ellas, que requieren más tiempo, y se quedan a medias).
A los machistas jóvenes y viejos nos ponen en jaque estas nuevas mujeres, las mujeres de verdad, las que no se someten y protestan, y por eso seguimos soñando, más bien, con jovencitas perfectas que lo den fácil y no pongan problema. Porque estas mujeres nuevas exigen, piden, dan, se meten, regañan, contradicen, hablan, y sólo se desnudan si les da la gana.
Estas mujeres nuevas no se dejan dar órdenes, ni podemos dejarlas plantadas, o tiradas, o arrinconadas, en silencio, y de ser posible en roles subordinados y en puestos subalternos. Las mujeres nuevas estudian más, saben más, tienen más disciplina, más iniciativa, y quizá por eso mismo les queda más difícil conseguir pareja, pues todos los machistas les tememos.
Pero estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas. Ni siquiera tenemos que mantenerlas, pues ellas no lo permitirían porque saben que ese fue siempre el origen de nuestro dominio. Ellas ya no se dejan mantener, que es otra manera de comprarlas, porque saben que ahí -y en la fuerza bruta- ha radicado el poder de nosotros los machos durante milenios. Si las llegamos a conocer, si logramos soportar que nos corrijan, que nos refuten las ideas, nos señalen los errores que no queremos ver y nos desinflen la vanidad a punta de alfileres, nos daremos cuenta de que esa nueva paridad es agradable, porque vuelve posible una relación entre iguales, en la que nadie manda ni es mandado. Como trabajan tanto como nosotros (o más) entonces ellas también se declaran hartas por la noche, y de mal humor, y lo más grave, sin ganas de cocinar. Al principio nos dará rabia, ya no las veremos tan buenas y abnegadas como nuestras santas madres, pero son mejores, precisamente porque son menos santas (las santas santifican) y tienen todo el derecho de no serlo.
Envejecen, como nosotros, y ya no tienen piel ni nalgas de veinteañeras (mirémonos el pecho también nosotros, y los pies, las mejillas, los poquísimos pelos), las hormonas les dan ciclos de euforia y mal genio, pero son sabias para vivir y para amar, y si alguna vez en la vida se necesita un consejo sensato (se necesita siempre, a diario), o una estrategia útil en el trabajo, o una maniobra acertada para ser más felices, ellas te lo darán, no las peladitas de piel y nalgas perfectas, aunque estas sean la delicia con la que soñamos, un sueño que cuando se realiza ya ni sabemos qué hacer con todo eso.
Somos animalitos todavía, los varones machistas, y es inútil pedir que dejemos de mirar a las muchachitas perfectas. Los ojos se nos van tras ellas, tras las curvas, porque llevamos por dentro un programa tozudo que hacia allá nos impulsa, como autómatas. Pero si logramos usar también esa herencia reciente, el córtex cerebral, si somos más sensatos y racionales, si nos volvemos más humanos y menos primitivos, nos daremos cuenta de que esas mujeres nuevas, esas mujeres bravas que exigen, trabajan, producen, joden y protestan, son las más desafiantes, y por eso mismo las más estimulantes, las más entretenidas, las únicas con quienes se puede establecer una relación duradera, porque está basada en algo más que en abracitos y besos, o en coitos precipitados seguidos de tristeza: nos dan ideas, amistad, alegría, pasiones y curiosidad por lo que vale la pena, sed de vida larga y de conocimiento.
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domingo, 20 de septiembre de 2009

SABIDURÍA DIARIA


Las actitudes que habitualmente utilicemos hacia nosotros mismos,
serán las que utilicemos hacia los demás
y las actitudes que habitualmente utilicemos hacia los demás,
serán las que utilicemos hacia nosotros mismos.
La situación es comparable a servirnos comida a nosotros y a los demás
en el mismo plato. Todo el mundo acaba comiendo lo mismo:
debemos examinar con detalle lo que consumimos.

BHANTE HENEPOLA GUNARATANA
Ocho pasos de plenitud mental hacia la felicidad
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