Las mujeres, en su mayoría, tienen el deseo de llegar a sentir que saben AMAR DE VERDAD y de que recíprocamente son así correspondidas, llegan a percibirlo de tal manera como si se tratase de una necesidad en su grado más profundo. Esta es en esencia la meta que deseamos alcanzar durante el desarrollo de nuestra vida emocional, aunque la paradoja es.... que no sabemos cómo llegar a producirlo, y en la mayor parte de las ocasiones, el término "de verdad" resulta que no es tan verdadero.
En algunos momentos, seguramente, nos hemos preguntado de qué forma se consigue y cuál debe de ser la táctica a la hora de ponerlo en práctica.
Pero después del cuestionamiento de estas dudas, pueden más las ganas de entregarnos (en todos los sentidos) frenéticamente a un hombre, y rápidamente esta bienintencionada filosofía pasa a otros planos menos prioritarios, quedando estancada en lo más subterráneo de nuestra psique, de nuestro Ser, y que estamos dispuestas a ahogar.. pues en ciertos momentos nos sabotea impidiendo que realicemos la tarea que queremos cumplir con cierta premura en el ahora. Y esa tarea tan importante, la que se convertirá en el eje de nuestras vidas, la quintaesencia que sucumbe ante nuestras derrotas, es nuestras ganas de vencer, de vencer al inmenso Poder del Amor; o a eso que creemos que lo es, cuando en realidad no llega ni a ser un sucedáneo de ello, es una forma de autotraicionarnos,de humillarnos, de forzarnos, de esforzarnos, de no-sentirnos,.... porque de lo que se trata es de estar más pendiente de realizar un trabajo con y sobre el otro, más que sobre nosotras mismas ya que es una necesidad de salir de nuestro yo, de buscar afuera lo que no hallamos en nuestro Ser íntimo, pues es más fácil sobrevivir así que el responsabilizarnos de llevar las riendas de nuestras propias vidas.
Todo ello resulta un sinsentido ya que no aceptamos el desafío en nosotras, nuestro Ego nos pone esa barrera, pero sí que lo depositamos en el hombre al que estamos "amando demasiado".
Pionera en esta temática es la psicoterapeuta familiar Robin Norwood, que como ella ya expone en su magnífico libro "Las mujeres que aman demasiado", estas mujeres-adultas-niñas tienen como eje central en su vida hacer de la salvación y recuperación psicoemocional de su hombre, el gran reto a conseguir. Lo que constituye una adicción tan fuerte como por ejemplo a las drogas o al alcohol, ya que precisamente en los círculos anónimos de hombres en proceso de recuperación de sus tendencias adictivas, la mencionada autora pudo observar un patrón de comportamiento similar entre todas las mujeres que eran parejas de ellos, lo cual significaba que pudo ver que sus tendencias eran el presentarse ante la sociedad como las sufridas mujeres que permanecían fieles a los avatares que les presentaba la vida, que eran ni más ni menos que permanecer junto a estos en su infierno particular y hacer todo un sobreesfuerzo en devolverlos a la normalidad... y que tal vez, si se diera el caso, conseguir ganarse el Paraíso para ambos.
Si bien este es el mensaje que estas mujeres quieren dar a entender a la sociedad, su papel en la realidad dista bastante de ello, pues, si hipotéticamente, "su hombre" alcanzase el estado de vivir de una forma verdaderamente placentera, ella sentiría que su labor finalizó ya que no le quedaría a quién rescatar, se vería sin la finalidad del rol que acostumbra representar en esta relación, estaría desorientada al no hacerse cargo del otro; y esto le supondría un golpe muy duro, le haría enfrentarse a sus propios miedos, falta de autoestima alta, inseguridades y se asomaría a sus profundos y vertiginosos vacíos. Por lo que abandonaría a tal héroe, superviviente de su propio infierno y se lanzaría a la búsqueda rápida de la nueva horma de su zapato, la cual le facilitará de nuevo su inconscientemente necesario, entretenido y destructivo juego, en el que en tantas ocasiones, para su desgracia, puede terminar no siempre sólo con una separación dolorosa de la pareja, si no también, en el peor de los casos, puede acabar con su integridad (física y/o moral) menoscabada, con su dignidad, amor propio, e incluso, con su propia vida. ..... ¿He dicho "inconscientemente"?, bueno en algunas ocasiones, y sobre todo después de la visita a un terapeuta especializado, se puede llegar a ser consciente, pero de difícil desenganche.
Y teniendo todo tipo de información con la que se cuenta hoy en dia, lo que parece realmente extraño a la vista de los demás, es el por qué se cae en ese círculo de desprotección propia; y generalmente la respuesta es: pues porque ahí hay un problema de adicción, y a este síndrome se le denomina "AMAR DEMASIADO".
De esta forma, AMAR se convierte en un sufrimiento al querer buscar una pareja de baile que se complemente con nuestra manera de dar los pasos, es decir, tanto la mujer como el hombre adquieren una forma de danzar determinada que cuando se cruzan en la pista, sus pasos disfuncionales se convierten en una danza cómoda para ambos.
Siempre hay un modelo adquirido durante la infancia que nos hace repetir los mismos patrones en la adultez, aunque esto implique desgracia, sufrimiento, agotamiento,.. algunas veces vivido en solitario, pero siempre llamándolo AMOR.
De todo esto se deduce que no existen las casualidades en las relaciones, normalmente solemos contentarnos convenciéndonos a nosotras mismas, y a los demás, que nos juntamos con él porque "así debía de ser", esgrimimos argumentos de diversa índole para tratar de justificar de que nos relacionamos con cierto tipo hombre, ya que de haber estado en un acertado momento de raciocinio no se habría elegido a tal señor como pareja de una forma deliberada, o de que si hubiera puesto los medios necesarios no hubiese quedado embarazada de él, o de que es nuestro destino, o de que de todo se aprende y era necesario para nuestra vida esta situación, etc,etc... De esta misma manera en la que ella trata de justificarse diciendo que tal vez era demasiado jóven, inmadura, inexperta, de no saber lo que se hacía, a pesar de tal vez, estar bien entrada en años, etc.etc....
Resulta todo ello muy cómodo, pero realmente está negando su propia responsabilidad en sus acciones, es como negar que nosotras mismas, solo nosotras, tenemos el poder de tomar las riendas de nuestra vida.
Creo que es importante el fomentar la espiritualidad, de esta forma crecemos y nos enriquecemos el alma, así como el creer en la benevolencia y aprendizaje del fluir de la vida y del destino, pero ello no tendría que servir como base de una estrategia con listado de excusas inclusive para no responsabilizarnos, hay muchas decisiones que son nuestras, afortunadamente, y a esto se le llama "libre albedrío".
A partir de ahí, de tomar conciencia de los grados de responsabilidad, tanto por actuar activa y/o pasivamente,.. puede producirse la catársis que dé paso al comienzo de la verdadera transformación, liberación y autonomía.
Esta constante premisa en nuestra sociedad actual que resuelve el otorgarle a la mujer una imágen pública de más poder, como referente de sus aspiraciones, hace que se aparte de su cuidado emocional y que priorice sus potencialidades basándose mayoritariamente en su raciocínio y autodominio en las cuestiones profesionales; dicho de paso, supone esencialmente una gran mejora para promocionar el acceso de la mujer hacia más puestos de trabajo, así como también de mayor responsabilidad y repercusión. Pero todo ello es adecuado desde un punto de vista de demandas revolucionarias en cuanto a cuestiones prácticas, de igualdad de oportunidades, y de negociación laboral.
Lo que hace falta es equilibrar este aspecto tradicionalmente representado por el hombre con la potenciación emocional sana; hace falta ponderar a la mujer preparada para asumir grandes retos y desafíos en su aspecto relacional en una sociedad clásicamente patriarcal, mujer que no debería olvidárse de su condición femenina,... Esto es una asignatura que aún está pendiente de ser aprobada, en cuanto al menos, con un suficiente como nota.
Por ello es que las mujeres transportadas por esa corriente de modernidad, equiparándose a los roles, acciones y lenguaje masculinos, no están potenciando su feminidad, ni otorgándose valor en su esfera más privada, más emocional, en su fuero más íntimo, primigénio, en su carácter, en su visión intuitiva, en su conexión con el aspecto sanador de sí misma, en su persona, ... y por extensión hacia los demás. Ellas ven mermadas todas aquellas fuerzas instintivas que por su condición natural de mujer le pertenecen.
¡¡¡¡ Seamos el cambio que queremos ver en el mundo, comenzando por nosotras mismas !!!!
Texto original escrito por: Luisa Blanca
Valencia, Diciembre 2.009.
sábado, 12 de diciembre de 2009
CUANDO EL AMOR PROVOCA SUFRIMIENTO....... Texto de Luisa Blanca
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